viernes, enero 05, 2007

Volver a las andadas

Tres años. Tres benditos años sin que los nazis de la txapela hiciesen de las suyas. Su particular versión de las campanadas de fin de año acabó enterrando en hormigón a dos ecuatorianos que pasaban por allí, sin saber que, viniendo de donde venían, eran enemigos del pueblo vasco susceptibles de ser "eliminados" por el expeditivo método de dejarles caer un edificio de aparcamientos encima. Y, encima, los que somos gente de paz tendremos que soportar la náusea de leer en algún "Zutabe", las "disculpas" de los asesinos por la muerte "accidental" de estos dos inocentes.
Me pone enfermo que alguien llame "accidente" a este tipo de cosas. Si uno va conduciendo y se le cruza un gato, da un volantazo y como resultado atropella a un peatón que camina por la acera, entonces tiene un accidente. Pero si circulas a 140 Km/h por el centro del pueblo, ciego de alcohol, y te llevas por delante a tres personas que cruzaban la calle, entonces eso NO es un accidente. Digan los jueces lo que digan.
Qué asco dan